lunes, 1 de junio de 2009

Ídolos. Melchor Rodríguez.

Vivimos en un mundo donde nuestros ídolos son auténticos asesinos. Parece que sino has protagonizado fusilamientos en masa o eres el protagonista de una gran matanza, no eres digno de permanecer en la memoria de nadie. Hitler, Stalin, Ché Guevara, Charles Manson, el estrangulador de Boston, Rambo, el célebre agente 007 ¿qué tienen todos en común? Algunos existieron y otros son personajes de ficción. Unos fueron político y otros no. Además de que todos son hombres, lo que les une es que son asesinos.

Hay fanáticos de Charles Manson, seguramente la mayoría con una admiración disimulada más enfocada a mostrar una pose de indiferencia por la vida. Hay personas que admiran a Hitler. Muchos más a Stalin. Y todavía muchos más al Ché Guevara. Seguramente de todos los asesinos en masa que se conocen, el Ché Guevara es el más idolatrado. Lo cierto es que, independientemente de sus buenas intenciones, no pasó de ser un catastrófico ministro y un auténtico asesino. Supongo que como hace mucho de eso, nunca conocimos a nadie asesinado por él y además está lejos geográficamente; no nos afecta mucho las atrocidades que cometió. Enhorabuena a un hombre que ha sabido ser, después de su muerte, la camiseta más vendida de la historia. Junto a la camiseta de Iron Maiden, la de Zidane del Real Madrid y alguna que otra.

Pues a mí me gustaría hablar de los personajes a los que admiro. Es una lástima que solo sean escritores, músicos, directores de cine, alguna persona relacionada con la política… ninguno es responsable de genocidios por razón de raza o condición religiosa. En particular me gustaría hablar de uno.

Me gustaría hablar de Melchor Rodríguez. Anarquista español, fue el que paró las matanzas de paracuellos. Mientras Carrillo tiene las manos manchadas en sangre por su alta responsabilidad política durante los sucesos de Paracuellos, Melchor Rodríguez tiene el pastelazo, aburrido y censurable logro de haber conseguido parar los fusilamientos a presos políticos del bando nacional en cárceles republicanas. Fue llamado “El ángel rojo”.

Salvó a gente que años después estarían metidas hasta los tuétanos en el aparato franquista como Agustín Muñoz Grandes, Serrano Súñer o Valentín Gallarza. En los últimos tiempos de guerra, fue nombrado concejal de Madrid (por la FAI), posteriormente en los últimos días de guerra fue nombrado alcalde y fue éste el encargado de traspasar los poderes a los franquistas. Particularmente del generla Muñoz Grandes que recordó haber defendido la vida de sus rivales políticos.

Durante la dictadura franquista fue detenido en multitud de ocasiones y nunca dejó de luchar contra el franquismo a pesar de haber tenido condenas infinitamente mejores que muchos de sus compañeros gracias a los testimonios de muchos franquistas en su caso. Era partidario de un anarquismo muy humanista, se le atribuye también la frase: “SE puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas”.

En los últimos años de franquismo, y en la más absoluta miseria, murió y a su entierro fueron personas de todo tipo. Sobretodo anarquistas y falangistas. Se cantó el himno a las barricadas, se le puso una bandera anarquista en su ataúd y posteriormente no hubo ningún incidente.

Melchor, a ti te admiro. Tú eres mi ídolo.

3 comentarios:

  1. En una guerra no gana el que no dispara, sino el que dispara el ultimo. Ser pacifista en plena guerra civil es poco mas que ser un completo zumbado. No dire que no estuviese bien intencionado, digo que no tenia ni pajolera idea de donde estaba ni era solidario con los miles de camaradas que empuñaban un fusil por una ideologia (que no son lo mismo unos asesinos que otros, no confundas).

    Como digo, el señor Melchor hizo bien en la España del S. XXI; no en una guerra civil. Mas daño hicieron los que no se defendieron de la ofensiva (no olvidemos que atacaron ellos) que los que levantaron la ofensiva. El capital asolo España y le encargo al General Franco ser su portaestandarte. La libertad que habria surgido de la radicalizacion de una victoria en la guerra civil del bando revolucionario (lo del bando republicano fue un eufemismo que duró hasta la muerte de Mola, e incluso antes) debio ser el portaestandarte de todas las fuerzas revolucionarias y este hombre, en ese momento, no estuvo a la altura.

    Sin embargo debo matizar, Paracuellos estuvo mal. Pero no estuvo mal el Ebro, Brunete o Guadarrama. Empuñar un fusil es diferente de matar a sangre fria. Que no fusilase, no quiere decir que no debiese matar. Era su obligacion.

    Melchor merece tantos respetos como los militantes del PSOE, del PRR o cualquier otro partido republicano (o faccion libertaria) que lucho de mala gana o no lucho por un modelo que no era el que tenian -La Republica- sino el que iban a tener -Un nuevo amanecer-.

    En definitiva, es bonito ensalzar el pacifismo de unos y la vileza del Ché; pero no lo hagamos de forma aislada, pongamos la realidad sobre la mesa y juiciemos que el Ché mató en legitima accion -y con bastante mas eficacia- y que Melchor no solo no mato sino que ademas puso su granito de arena en la victoria fascista.

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  2. Quesada, decir que Melchor Rodríguez de alguna forma pudo participar en la victoria fascista es de una escasa honestidad intelectual, aunque sé que no lo has hecho con esa intención.

    Melchor Rodríguez no defendió a personas que iban a quitarle la vida, defendió a personas que estaban presas y que no tenían ninguna posibilidad de hacer ningún daño. La razón por la cual se quiso matar a esas personas fue por venganza. Y como esas personas no suponían ningún peligro real o potencial lo correcto era defender sus vidas. No estaban en el frente, estaban desarmados y encarcelados.

    Evidentemente no voy a justificar el "alzamiento nacional", pero no por ello tengo que defender o ignorar que hubiera matanzas indiscriminadas. Y Melchor Rodríguez García se opuso a las matanzas de Paracuellos aún costándole enfrentarse con dirigentes comunistas.

    Ya te digo que Melchor Rodríguez luchó activamente contra el fascismo durante la guerra y después de ella. Fue encarcelado varias veces.

    Pero nada eso sí ¡qué cojones tenían esos comunistas del tiro en la nuca a desarmados!

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  3. Te has dedicado en cuatro parrafos a repetir lo que he dicho yo. Matar asi, sin un arma enfrente apuntandote no es de comunistas, es de cobardes.

    Sin embargo, no matar, teniendo un arma enfrente apuntandote es de estupidos.

    Yo tampoco justifico Paracuellos, que quede constancia de ello.

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