domingo, 2 de agosto de 2009

Nuestro (potencial) atraso científico

La ciencia ha conseguido superar a la religión en todos los ámbitos. En lo que a moral se refiere, la religión ha demostrado ser uno de los grandes errores de la humanidad, en lo que respecta a la búsqueda de la verdad, la religión ha mostrado ser un fraude, en el campo de la ordenación social, la religión ha demostrado estar del lado de los poderosos y se ha esforzado en mantener el status quo en situaciones de servidumbre popular. La religión ha sido un lastre en avances sociales, políticos, económicos, culturales… Ámbitos que antes eran propios de la religión y solo podían ser estudiadas por esta, hoy han sido ampliamente superadas por la ciencia.

Preguntas como de donde venimos han sido respondidas por la ciencia. El fraude más visible de la religión ha sido en el campo cosmológico. Como dijo Stephen Hawkins en su libro “Historia del Tiempo”:

Hemos evolucionado desde las cosmologías geocéntricas de Ptolomeo y sus antecesores, a través de la cosmología heliocéntrica de Copérnico y Galileo, hasta la visión moderna, en la que la Tierra es un planeta de tamaño medio que gira alrededor de una estrella corriente en los suburbios exteriores de una galaxia espiral ordinaria, la cual, a su vez, es solamente una entre el billón de galaxias del universo observable.

Y como para complementar la idea de Hawkins, Carl Sagan (que en paz descanses), dijo en su libro “Un Punto Azul Pálido”:

¿Cómo es posible que casi ninguna religión importante haya analizado la ciencia y concluido: «¡Esto es mejor de lo que habíamos pensado! El universo es mucho más grande de lo que decían nuestros profetas, más preeminente, más sutil, más elegante. Dios tiene que ser aún más grande de lo que habíamos soñado.»? En lugar de eso, exclaman: «¡No, no y no! Mi Dios es un Dios pequeño, y quiero que siga siéndolo.» Una religión, antigua o nueva, que subrayara la magnificencia del universo como la ha revelado la ciencia moderna, podría ser capaz de levantar reservas en la reverencia y el temor apenas intuidas por los credos convencionales. Tarde o temprano deberá surgir una religión así.

La religión ha entorpecido bruscamente a lo largo de los siglos la búsqueda de la verdad. Podríamos mencionar el tristemente célebre caso Galileo. Lo que más tristeza me da no es que Galileo se tuviese que retractar o que lo coaccionasen “enseñándole” los aparatos de tortura para que diese marcha atrás en su explicación. Nos tendríamos que hacer la pregunta: ¿Cuántos Galileos fueron censurados? ¿Cuántos Galileos no pudieron estudiar el cosmos por culpa de la superstición cristiana? Y todavía hoy podríamos hacernos la pregunta: ¿Cuántos brillantes musulmanes no pueden acceder a las teorías científicas modernas e investigar para seguir acercándonos a la verdad? ¿De qué forma se puede cuantificar el daño de la religión a nuestra sociedad? ¿Cuántas oportunidades de entender el mundo hemos perdido?

Para terminar, haré otra cita, esta vez de Dawkins en su libro “Destejiendo el Arcoíris”:

Se nos ha concedido la oportunidad de comprender por qué nuestros ojos están abiertos, y por qué ven lo que ven, en el corto tiempo de que disponemos antes de que se cierren para siempre.

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